A instancias de este periódico, Antonio González Terol y Jon Urionabarrenechea Ortega, los dos militantes más jóvenes entre los 3.156 compromisarios que asistieron al Congreso del PP, se pusieron ante la escalera mecánica que conducía a la planta donde Aznar invitaba a un aperitivo a los miembros del Comité Ejecutivo y les pidieron consejo, uno a uno, a todo el que pasó hacia el encuentro de Aznar.
Tienen 23 años. Uno es de Madrid y otro de San Sebastián. La mayoría de los altos mandatarios del PP no sabe que Jon Urionabarrenechea Ortega se dio de alta en el partido con 16 años, dos días después de la muerte de Gregorio [Goyo] Ordóñez, líder del PP en el País Vasco.
'Uf, qué cortante Rato. Si en el Congreso de Nuevas Generaciones hasta bailaba...'
Tampoco saben los dirigentes del PP que Urionabarrenechea -cuyo apellido en vasco significa un río bueno al lado de una casa- es el presidente de las Nuevas Generaciones del partido desde hace año y medio en Guipúzcoa y que desde entonces lleva escolta -han aparecido carteles y pintadas por San Sebastián apuntando a su nombre- por razones de seguridad. La gente le pregunta. ¿Tú sabes dónde te estás metiendo con tu militancia en el PP? Y él responde: "Claro que lo sé, pero alguien tiene que estar ahí. Y si no fuese yo sería otro". Los padres no son militantes del PP y cada vez que muere algún concejal del partido, se vuelve a plantear el tema en casa. "Tengo bajones, claro que los tengo, pero creo que hay que seguir defendiendo las libertades".
El primero de los prebostes del PP en entrar al trapo de los dos jóvenes fue Javier Arenas. "Me acuerdo de tu nombre", le dijo Arenas. "Verás, verás, a ver si lo digo bien: U-rio-na-barre-ne-chea".
Después explicaría el joven militante el secreto de tan prodigiosa memoria: "Es que cuando me eligieron presidente, él vino a apadrinarme y me hizo repetirle diez veces mi nombre antes de decirlo él en público".
-El mejor consejo- sentenció Arenas- es la perseverancia y la tenacidad.
Después llegó Carlos Iturgaiz, presidente del PP en el País Vasco. Y le dijo a Jon Urionabarrenechea:
-Tú, a pesar de ser tan joven, ya sabes lo que es sufrir allí. Así que lo único que me queda es darte las gracias, porque tú y la gente como tú sois la garantía de que haya libertad.
El otro joven, Antonio González Terol estaba interesado en saludar al presidente del partido en Madrid y coordinador de Organización, Pío García Escudero. "Es que es muy brillante", se justificó. Y cuando García Escudero pasó por la escalera, les dijo:
-En política hay que ser noble, tener paciencia y además intentar llevarse bien con todo el mundo.
Mientras Pío subía las escaleras, el joven compromisario de Madrid se deshacía en elogios: "Qué grande, qué grande es. Es que además es super buena persona".
La teniente de alcalde de Madrid, Mercedes de la Merced, les dio un consejo escueto pero contundente para la carrera política de ambos:
-Que os lo paséis bien.
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, les dijo algo aún más breve y tajante:
-¡Trabajad!
Y el vicepresidente económico del partido los dejó un poco descolocados cuando le pideron consejos:
-Para eso -espetó Rato- hay otra gente mucho más lista que yo. Pedírselos a ellos.
El joven militante de Madrid sólo atinó a decir:
-Uf, qué cortante, ¿no?
-Pero si en el congreso de Guipúzcoa era la mar de majo, dijo el joven Urionabarranechea.
-¡Joroba!, pero si bailaba...
Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente de la Comunidad de Madrid, más que un consejo les dio una lección práctica sobre el regate en corto.
-¿Que queréis un consejo, aquí, a bote pronto? Pues bien: "El lunes estoy en Bruselas; el martes, tampoco. El miércoles a las nueve y cuarto os espero en la Puerta de El Sol [sede del Gobierno regional madrileño]. Allí os lo daré".
Antonio González Terol, licenciado en ingeniería industrial, y en pleno proceso de enviar currículos para buscar trabajo, acudirá a la cita. Pero Urionabarrenechea, estudiante de empresariales, dice que tiene exámenes y que no podrá ir.
Finalmente, el vicesecretario general del Partido Popular Jaime Mayor Oreja, delfín para la sucesión de José María Aznar, ejerció de tal cuando les dijo:
-El mejor consejo que os puedo dar es el que se desprende de lo que ha hecho Aznar en este congreso. Su gesto nos coloca muy alto el listón.
A pesar de todos los consejos, la lección básica, ésa que ningún político se atrevería a pronunciar en voz alta, y que consiste en apostar siempre por el caballo ganador, parecían tenerla muy bien aprendida.
Cuando se les preguntó si se identificaban más con las tesis de Ángel Acebes o con las de Francisco Álvarez Cascos, ambos respondieron:
-Yo, con Aznar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de enero de 2002