Enhorabuena a EL PAÍS, y muy especialmente a Miquel Porta Serra, por su artículo sobre los contaminantes orgánicos persistentes, publicado en la sección de Salud del martes 15 de enero.
La reflexión y la información aportadas por el autor otorgan la necesaria trascendencia a un tema que alcanza gran relevancia no sólo ecológica, sino también social, sanitaria, económica y laboral.
Tengo subrayado en dicho artículo la siguiente afirmación: 'El desequilibrio existente entre la abundancia de indicadores poblacionales socieconómicos y la ausencia de indicadores poblacionales acerca de los efectos que los factores ambientales tienen sobre la salud humana es impropio de una sociedad posindustrial'. Comentario suficientemente esclarecedor.
Insisto, gracias por dedicar una página y media a una información que, aun teniendo tintes negativos, ayuda a salir de la coyuntura catastrofista que el cambio climático, los vertidos contaminantes o los incendios forestales imprimen a la información ambiental y demuestra que en esto de la ecología queda mucho por decir y contar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de enero de 2002