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GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

Tropas especiales asaltan un hospital de Kandahar y matan a seis miembros de Al Qaeda atrincherados allí

Un hospital de Kandahar se convirtió en campo de batalla durante varias horas con el enfrentamiento entre un destacamento de soldados aliados y varios supuestos terroristas atrincherados en el centro médico. Ninguno de los presuntos miembros de Al Qaeda sobrevivió al asalto. El Pentágono insiste en que la operación corrió a cargo de las tropas afganas casi por completo, pero los uniformes de los soldados eran claramente estadounidenses (con insignias de I love New York) y las órdenes se daban en inglés con acento americano. Mientras tanto, varios testimonios en la zona aseguran que EE UU bombardeó por error una localidad, en la provincia de Oruzgan, en la que no había miembros del Ejército talibán ni de Al Qaeda. Más de 20 personas murieron.

Desde hace semanas, un grupo de 20 supuestos miembros de Al Qaeda permanecía atrincherado en el hospital Mir Wais, de Kandahar. Varios habían huido y al menos uno se había matado el 8 de enero al hacer explotar una granada cuando pensó que estaba rodeado. Los que quedaban dentro -recogidos los cadáveres, se sabe que eran seis- estaban armados con metralletas y explosivos que amenazaban con usar si alguien se acercaba.

Ayer, tropas especiales de EE UU y soldados de Afganistán pusieron en marcha una operación que culminó en un baño de sangre al final del día. La Cruz Roja ha criticado que un centro médico quedara convertido en un campo de batalla. Aparentemente, los terroristas fueron abandonados en el hospital antes de la rendición de Kandahar; posiblemente, ni siquiera eran conscientes de la evolución bélica desde comienzos de diciembre.

Los soldados aliados, de aspecto y tecnología descaradamente estadounidenses, intercambiaron disparos con los terroristas durante varias horas a través de las ventanas del hospital. Un marine que participó en la operación declaró a los periodistas que presenciaron el asalto en la distancia: "Esos árabes lucharon hasta la muerte". Los soldados estadounidenses llevaban en sus cascos micrófonos y pequeños altavoces conectados a minúsculos teléfonos por satélite. Varios llevaban bajo el casco gorras de béisbol de los New York Yankees.

Un periodista de Associated Press que contempló la escena desde un tejado cercano visitó después la habitación en la que habían estado atrincherados los terroristas y la describió de esta manera: "La sala estaba llena de sangre y de miembros amputados por las explosiones de granadas. Debajo de una cama había cadáveres de personas delgadas y pálidas". El portavoz del Pentágono, John Stufflebeem, aseguró que la operación había sido un éxito (no hubo ni un herido entre los aliados), pero insistió en que el mérito era del Ejército afgano. Michael Kleiner, portavoz del Comité Internacional de Cruz Roja en Kabul, aseguró que lo ocurrido "es muy triste porque ha convertido un hospital en una zona de combate".

[Por otro lado, un helicóptero de EE UU proveniente de Kandahar, y que transportaba 24 personas a bordo, se estrelló anoche al intentar aterrizar en un terreno escarpado al norte de Afganistán causando 14 heridos, informa Reuters.]

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de enero de 2002