Alrededor de 300 alumnos del IES Miguel de Cervantes, de Sevilla, se encerraron ayer en las dependencias del centro, acompañados por algunos padres y profesores, para exigir una actuación policial que ponga a fin a los ataques vandálicos y a las agresiones que sufren desde que comenzó el curso. Los estudiantes aseguran que viven atemorizados por una pandilla de jóvenes que accede al interior del edificio saltando la tapia y que les ataca a la salida de clase. El encierro, que comenzó al finalizar el horario lectivo, seguía al cierre de esta edición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de enero de 2002