La representación que anoche tuvo lugar en el Teatro Principal de Valencia, donde estará en cartel hasta el viernes, fue el estreno mundial de una nueva versión del Romeo y Julieta de Prokofiev. Para Rostropóvich no era sólo el sueño de su vida, sino que calificó este ballet, basado en Shakespeare, como el 'más importante que se ha escrito'. El director destacó, además del cambio de coreografía para no sentirse obligado musicalmente por unos pasos de baile preconcebidos, el uso de las nuevas tecnologías en el montaje, con la incorporación de la imagen digital como elemento expresivo, lo que para él es una 'completa novedad' , que 'crea un nuevo estilo de representación'. Para ello cuenta con la prestigiosa Orquesta Sinfónica del Estado Ruso y el Ballet Nacional de Lituania Como banda interna interviene también la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana, dirigida por Manuel Galduf. El diseño multimedia, las luces y la escenografía del montaje es obra de Tito Egurza y el vestuario de Renata Schussheim.
'Nuestra meta era que la decoración, la orquesta y el movimiento conformaran un conjunto', dijo el maestro. Esta es la razón de que, explicó, la orquesta ocupe el centro del escenario, con el maestro dirigiendo a la formación desde la escena. Los bailarines evolucionan al frente, al lado y detrás de la orquesta. 'El resultado de este trabajo en equipo es el mejor ballet que he visto', confesó Rostropóvich tras los ensayos finales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de enero de 2002