España, el segundo país receptor de turistas a nivel mundial, puede sufrir un serio revés si insiste en encarecer el precio de sus servicios turísticos para seleccionar más a sus visitantes. El turoperador británico First Choice y la compañía alemana Preussag TUI aseguraron ayer en Madrid, durante una conferencia organizada por empresarios del sector, que la estrategia puede resultar peligrosa, y que los visitantes "optarían paulatinamente por viajar a destinos alternativos", según palabras de Michael Frenzel, directivo de TUI.
En los últimos años España comenzó a apostar por el turismo de alto poder adquisitivo frente al económico. Lo que los turoperadores quisieron avisar es que el país aún tiene una gran oferta de alojamientos económicos, no aptos para el turismo de calidad.
Frenzel calificó la ecotasa, el impuesto que el Gobierno balear ha aprobado para intentar paliar el daño que la llegada masiva de visitantes puede provocar al entorno de las islas, como "un movimiento en la dirección errónea".
En 2001 llegaron España 49,5 millones de turistas, un 3,4% más que en el año anterior, según datos hechos públicos ayer por Juan Costa, Secretario de Estado de Comercio y Turismo. De esta forma, el pasado ejercicio fue el sexto consecutivo en que España logró una cifra récord en la entrada de visitantes.
Los ingresos por turismo internacional en los diez primeros meses del año ascendieron a 31.737 millones de euros, un 10,3% más que en el mismo periodo de 2000, un ritmo de crecimiento que triplica al de llegada de turistas.
En la conferencia, el ex ministro Abel Matutes, vicepresidente de Exceltur, asociación que reúne a 19 de las mayores empresas turísticas españolas pidió reflexión "a los que imponen tasas económicas que perjudican la actividad turística en un momento grave e inoportuno", en referencia al Gobierno balear. "Hay que recordar" añadió "que la contribución del turismo al producto interior bruto (PIB) es del 12%, y que 2.300.000 personas están empleadas directamente en el sector".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de enero de 2002