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EL CRIMEN DEL PUERTO DE BARCELONA

'Perder un hijo es perder media vida', dice la madre

'Perder un hijo es perder media vida', aseguró ayer en las puertas de los juzgados Naomi Rosario Torres, la madre de Wilson Pacheco. La mujer acudió para cumplir el trámite administrativo de designar abogado y poder así ejercer la acusación en el caso, el único consuelo que le queda. 'Hubiese querido que me pasase a mí', aseguró la mujer, quien admitió: 'Al principio no quise creer que estaba muerto'.

Naomi Rosario Torres se enteró de lo sucedido unas horas después de ocurrir los hechos, cuando recibió en su casa de Premià de Mar una llamada anónima de alguien que le informó de que su hijo había sido arrojado al agua en el puerto de Barcelona. Después de colgar el teléfono a la persona que la alertó, la mujer se desplazó inmediatamente al domicilio de su hijo, en la vecina localidad de Vilassar de Mar, y de allí se dirigió al Maremàgnum, donde encontró a dos chicos que le explicaron lo sucedido y que su hijo había sido lanzado a las aguas del puerto.

Después fue a la comisaría de Ciutat Vella. Para entonces la policía ya conocía los hechos, porque unos minutos antes había acudido David Gascó a relatar lo ocurrido. Por eso los policías confirmaron los temores de la mujer y le explicaron que su hijo seguramente estaría muerto. Poco después de las 11.00 encontraron el cadáver y ahora sólo falta que se acaben de una vez las autopsias para que pueda ser enterrado con dignidad. La que no tuvieron sus agresores.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2002