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Antón Patiño y Miguel Rodríguez Acosta comparten la abstracción

El Centro Cultural Conde Duque, del Ayuntamiento de Madrid, completó ayer su oferta de exposiciones en las salas de la calle del Conde Duque, 11, con las pinturas y grabados de Miguel Rodríguez-Acosta (Granada, 1927) colgados en la Galería del 98. El artista comparte la abstracción y la vitalidad de la pintura-pintura con la obra del pintor Antón Patiño (Monforte de Lemos, 1957), que se presenta hasta el 24 de febrero en las salas Pedro de Rivera y Juan de Villanueva. El centro mantiene una muestra de imágenes digitales y hasta el mes de marzo un ciclo sobre el budismo, con un montaje de estampas japonesas, mesas redondas y proyecciones de películas.

Antón Patiño presenta en Horizonte vertical una antológica de las obras más representativas entre 1987 y 1997 y otro montaje con las piezas más recientes, que continúan 'una indagación acerca de los límites del proceso de la pintura'. 'El título de la muestra señala una metáfora de la pintura. Horizonte alzado como espacio simbólico que permite verticalizar y sublimar las imágenes', señala el pintor. El catálogo contiene textos del comisario, Miguel Cereceda, y una entrevista de José Luis Corazón.

Pasos en el jardín es la propuesta de Miguel Rodríguez-Acosta, con 50 óleos sobre lienzo y 30 estampas realizadas entre 1976 y 2001. La comisaria, María Dolores Jiménez Blanco, plantea una vuelta a la pintura tras la práctica del grabado. Ante un homenaje a Monet, el artista comentó que a partir de la libertad del grabado había llegado a una abstracción lírica dominada por todos los colores de la paleta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2002