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El reto de ganar sin Hierro

Desde que Pavón y Karanka juegan juntos, por la lesión del capitán, el Madrid no ha vencido

El duelo de hoy en un repleto Chamartín pesará sobre los hombros del bisoño Francisco Pavón más que sobre cualquier otro jugador del Real Madrid. Desde la lesión de Fernando Hierro, un problema en la clavícula que le mantendrá fuera de la competición durante al menos dos semanas, el joven central ya no escucha, en la brega de los partidos, el zumbido constante de la voz autoritaria del líder: "¡Cierra!, ¡acércate!, ¡sal!, ¡baja...!".

Pavón ha pasado de ser una de las joyas más protegidas del vestuario a tener que asumir por su cuenta la enorme responsabilidad de sostener una defensa abocada a los malabarismos por mor de la mentalidad atacante de los laterales, Míchel Salgado y, sobre todo, Roberto Carlos. Por eso Hierro, todavía con el hombro derecho medio envuelto en vendas, se acercó al costado del campo de entrenamiento, el pasado lunes, y esperó a que Pavón terminara. Como un padre, el malagueño pasó la mano por la cabeza afilada del novato, un jugador elegante y atento en lucha por romper el cascarón. Charlaron un rato y cayó algún consejo. Seguro que sí.

Una racha nefasta

Las estadísticas son demoledoras: el Madrid no ha ganado ninguno de los cuatro encuentros que ha disputado sin Hierro. Esta noche deberá invertir la racha si pretende jugar la ansiada final de Copa, que tendrá como escenario el Bernabéu el mismo día que el Madrid cumple 100 años. Junto a Karanka, Pavón, de 20 años, volverá a formar la pareja de zagueros más aislada del campeonato. Con la disposición ofensiva del Madrid, y sin Hierro, se han quedado un poco huérfanos. Pavón es claro al respecto: "En el Madrid hay que arriesgarse en defensa porque el equipo, por su juego, tiende a irse al ataque. Los laterales suben mucho, y atrás quedamos dos centrales y un medio centro. Por eso, últimamente nos han cogido mucho al contragolpe. Y la falta de Hierro, por su experiencia, se nota".

"Cuando juegas con Hierro él absorbe responsabilidad, la suya y la tuya... Él se ocupa de todo", continúa el jugador. "Con Aitor [Karanka] nos repartimos el trabajo un poco entre los dos. Jugar con Hierro es diferente porque tiene una experiencia que le permite, en primer lugar, ordenar permanentemente al conjunto. Sabe leer los partidos muy bien, y eso le permite anticiparse al rival y sacar el balón desde atrás. En el juego aéreo, también es un fuera de serie. Yo no tengo esa experiencia y, de momento, no puedo hacer lo mismo. Ojalá cuando llegue a su edad haya aprendido tanto como él".

Con Hierro en la enfermería, el Madrid no ha ganado todavía: contra el Málaga en la Liga (1-1), contra el Athletic, en la ida de la Copa, en San Mamés (2-1) y ante el Betis, como local (1-1). En el encuentro de vuelta contra el Rayo, en la Copa, un choque intrascendente dado el 4-0 con el que el Madrid solventó la ida, el cuerpo técnico concedió a Hierro un descanso y el Madrid fue derrotado (1-0).

A la vista de la tendencia, accidental o no, adquieren sentido bíblico, por premonitorias, las palabras del director general deportivo del club, Jorge Valdano, que desde la concentración estival de Nyon, allá en el mes de julio, advirtió de la importancia capital de Hierro en la estructura de un equipo plagado de estrellas. Cuando le preguntaron a Valdano si, a la vista del potencial de la plantilla tras la incorporación de Zidane, el Madrid llegaría como un tren a la final de la Copa de Europa, el técnico dijo: "Si Hierro aguanta, no tendremos problemas". Pero Hierro no ha aguantado y los problemas han aparecido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2002