La propuesta de Bruselas ha causado un cierto malestar en el Gobierno socialista portugués en funciones, sobre todo cuando Portugal se encuentra a menos de mes y medio de unas elecciones legislativas. El Ejecutivo portugués anunció ayer que no aceptará la 'alerta previa' propuesta por el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, al considerar que 'la activación de ese mecanismo sólo tiene sentido cuando existe una recomendación a un Estado para que modifique su política económica', lo que no ocurre en el caso de Portugal, dado que la Comisión Europea ha reconocido que sus medidas presupuestarias son correctas y viables.
El ministro de Finanzas portugués, Guilherme D'Oliveira Martins, sostiene que la denominada alerta previa 'no tiene sentido para Portugal, puesto que su déficit presupuestario en 2001 (2,2%) está muy lejos del límite del 3%, siguiendo así el cumplimiento de los compromisos adquiridos sobre el gasto público'. Con todo, ese 2,2% resulta el doble de la cifra del 1,1% fijada como objetivo en el plan enviado por Lisboa a Bruselas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2002