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Dos muertos y un desaparecido en una explosión por una fuga de gas en Barcelona

El siniestro derribó un edificio de cuatro plantas

Dos personas fallecidas y un joven de 16 años desaparecido era anoche el resultado provisional de una explosión de gas que provocó el derrumbe parcial de un edificio de cuatro plantas en el que vivían 16 familias, situado en el número 90 de la calle de Eduard Toda, en el barrio de Horta, en Barcelona. En la madrugada de hoy fue rescatada con vida una mujer, dada por desaparecida durante todo el día, que quedó protegida por un sofá. La explosión, probablemente por una fuga de gas, provocó heridas a cinco personas. Los daños alcanzaron a 48 viviendas, cuyos inquilinos tuvieron que ser desalojados.

Francisco M, de 26 años, fue rescatado sin vida poco después de la explosión. Escasos minutos antes de la medianoche se rescató el cadáver de otro hombre, cuya identidad no fue facilitada. El Ayuntamiento de Barcelona alojó a 16 familias en un hotel del barrio de Horta y ofreció esa posibilidad a los ocupantes de otros 32 pisos que resultaron dañados por la onda expansiva.

La explosión se produjo sobre las 15.45. "Oímos un gran ruido, todo vibró y algunos cristales se rompieron", explicaba una vecina de uno de los inmuebles próximos al afectado. Se trata de un conjunto de edificios levantados hace 30 años de cuatro plantas de altura.

El inmueble, que quedó semidestruido por la explosión, tenía dos portales con 16 viviendas entre las dos. La parte más dañada fue la central, que prácticamente desapareció. La explosión se produjo, según las primeras hipótesis, en el primer piso. Como si fuera un castillo de naipes, el segundo y el tercero se precipitaron y todo se convirtió en un amasijo de vigas, cemento y enseres domésticos.

Los residentes de los bloques colindantes salieron de sus casas inmediatamente. También salieron por su propio pie algunos de los ocupantes de los pisos dañados por la explosión, como Xavier Murri, un joven que saltó por encima de los escombros. Su padre, un hombre de 77 años, quedó atrapado por unas vigas. El anciano permaneció durante algo más de dos horas aprisionado, el tiempo que tardaron los bomberos en retirar, con sumo cuidado, los escombros que le cubrían. Trasladado al hospital de Vall d'Hebrón, anoche no se temía por su vida.

Pese a la fuerza de la explosión, el resto del edificio se mantuvo en pie y fue desalojado rápidamente mientras los bomberos comprobaban el estado de la estructura de los edificios próximos. La onda expansiva alcanzó a los bloques situados en los números 84, 86 y 88 de la calle de Eduard Toda, que sufrieron rotura de cristales y daños en persianas y cerramientos.

Los primeros minutos tras la explosión fueron, sobre todo, de desconcierto. No se sabía qué había originado la deflagración y se temían nuevos derrumbamientos. Muchos de los afectados se conocían. La mayoría de ellos adquirieron las viviendas, construidas por una cooperativa, hace 30 años. Por eso, en los primeros momentos de desconcierto, la incertidumbre sobre la suerte de los conocidos provocó ataques de nervios y mucha angustia. Cinco personas fueron atendidas por crisis nerviosas en un puesto de emergencia instalado tras la explosión. Otras dos sufrieron lesiones leves por la rotura de cristales y tres fueron trasladados a centros hospitalarios. Dos de éstos fueron dados de alta tras recibir asistencia médica.

Xavier Casas, alcalde accidental de Barcelona por ausencia de Joan Clos, explicó que se había ofrecido alojamiento a las 48 familias cuyas viviendas habían resultado afectadas por la explosión. El alcalde, que participaba en un encuentro de Ciudades en Porto Alegre (Brasil), decidió adelantar su regreso por el accidente.

A última hora de ayer, los trabajos proseguían para determinar si la explosión fue provocada por gas natural o butano. Un portavoz de la compañía de Gas Natural señaló que en la última revisión efectuada a los clientes que tenía en esa finca, a finales de 1998, no se observaron anomalías. Asimismo, precisó que la compañía no había recibido llamadas por averías o escapes, ni ayer ni en los días previos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 2002