Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CUMBRES DE DAVOS Y PORTO ALEGRE

Las empresas, a favor de una plantilla suficiente y de calidad

La globalización es frustrante, en algunos sentidos, incluso para los presidentes de las mayores empresas del mundo. La creciente exigencia y velocidad de movimientos del dinero de los inversores les obliga, por ejemplo, a despedir más gente de la necesaria. Los inversores quieren despidos, cosa que suele reflejarse en los mayores mercados bursátiles. Ese fenómeno preocupa ya a las grandes corporaciones, según se refleja en una macroencuesta presentada ayer en el Foro Mundial.

PricewaterhouseCoopers, la mayor empresa internacional de servicios profesionales, y la organización del Foro presentan cada año un sondeo realizado entre empresarios de todo el planeta. El de esta edición es el más ambicioso hasta la fecha y recoge las opiniones de 1.161 presidentes de grandes compañías. Llama la atención que el 83% de ellos consideran muy importante mantener una plantilla suficiente y de calidad, pero el 50% piensan que los inversores no tienen en cuenta ese factor. El presidente de la firma consultora, Samuel DiPiazza, subrayó la necesidad de 'hacer entender a los inversores que hay activos intangibles esenciales', y que la automática reducción de costes resultante de los despidos no era necesariamente beneficiosa a medio plazo.

La mitad de los directivos consultados reconocieron haber realizado despidos colectivos en los últimos meses, y el 46% indicaron que habían prescindido de 'servicios propios no esenciales', prefiriendo contratarlos de forma externa. En el futuro previsible, las empresas tendrán menos trabajadores y más productividad.

Casi la mitad, el 47%, opinaron que la globalización no tendría efectos negativos, pero un tercio afirmaron que excluiría a los países en desarrollo y acentuaría las diferencias entre ricos y pobres. Uno de cada tres empresarios predijo que el movimiento antiglobalización se haría más fuerte como consecuencia de los atentados del 11-S y la actual campaña antiterrorista impulsada por EE UU.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de febrero de 2002