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CUMBRES DE DAVOS Y PORTO ALEGRE

Miles de activistas antiglobalización inician su cumbre paralela en Brasil

Más de 40.000 personas de un centenar de países se reúnen en la cumbre de Porto Alegre

La distancia entre los dos foros mundiales quedó claramente reflejada en las palabras del líder de la izquierda brasileña y candidato a las próximas elecciones presidenciales, Luiz Inácio, Lula, da Silva, que dijo ayer que en Nueva York "se reúnen hoy muchos de los responsables de la violencia en el mundo", mientras que en Porto Alegre se intentará hallar caminos hacia "un mundo más justo y pacífico". Bernard Cassen, uno de los organizadores, defendió que el movimiento antiglobalización pase de las críticas a la presentación de soluciones concretas.

La cara y la cruz de un mundo globalizado. Los seguidores de dos concepciones antagónicas de lo que debe ser nuestro planeta se dan cita a partir de hoy en dos importantes conferencias internacionales, en la ciudad estadounidense de Nueva York (Foro Económico Mundial) y en la brasileña de Porto Alegre (Foro Social Mundial).

Lula recordó la última reunión del foro económico, que hasta el año 2001 se celebró tradicionalmente en la ciudad suiza de Davos. "Las cercas de alambre de púas colocadas el año pasado en Davos demostraban que aquello no era una cosa buena para los pobres", señaló.

Como contraste con la reunión de Nueva York, donde los efectivos policiales desplegados estos días se cuentan por miles, el candidato brasileño aseguró que el foro que se inauguró ayer en Porto Alegre "se realiza con la mayor apertura, la mayor pluralidad, sin distinción de clases o ideologías y en absoluta libertad".

El Foro Social Mundial, que nació el año pasado como alternativa a la cumbre económica de Davos, reúne en su segunda edición a 40.000 personas procedentes de más de 100 países y englobadas en organizaciones no gubernamentales de las más diversas características. Será la primera conferencia internacional multitudinaria después de los atentados del 11 de septiembre, que marcaron el inicio de una etapa caracterizada, en opinión de los organizadores del foro, por el intento de la Administración estadounidense de George W. Bush de "acentuar la criminalización del movimiento antiliberal".

Bernard Cassen, uno de los principales organizadores del evento, subrayó que de los más 800 talleres, 50 seminarios y de las múltiples sesiones plenarias que tendrán lugar durante cinco días surgirán propuestas concretas. "Tenemos que demostrar que somos un movimiento que no sólo hace análisis y critica, sino que también tiene propuestas", señaló.

El foro de Porto Alegre, que ya se ha convertido en "el símbolo de la resistencia a la mundialización liberal", en palabras de Cassen, sentará simbólicamente en el banquillo de los acusados al Fondo Monetario Internacional (FMI). Y como prueba de los delitos contra el organismo financiero, los diversos oradores recordarán la grave crisis argentina, que será uno de los temas estelares del foro. "Argentina es un caso de manual, que debe ser visto como ejemplo concreto del fracaso de la política económica recomendada por el FMI", destacó Cassen.

Representación numerosa

Una de las figuras que despiertan más atención es el candidato a las elecciones presidenciales francesas por el Movimiento de los Ciudadanos (MDC), Jean Pierre Chevènement. No en vano la presencia de la representación del país galo es la más numerosa, e incluye tres candidatos presidenciales. El ex ministro socialista participó también en el foro de autoridades locales para la inclusión que precedió a la cumbre que se inauguró ayer.

Chevènement planteó la subordinación del FMI al Banco Mundial, la necesidad de Estados-nación fuertes, un impuesto a las transacciones financieras internacionales, veto al flujo comercial indiscriminado sin fronteras, el fin de los paraísos fiscales y la ampliación del grupo de países industrializados G-8 a un G-16, con la entrada de naciones como Brasil y China. "Los países no pueden ser colonizados por tecnocracias ligadas a élites oligarcas", dijo.

El foro comenzó con una manifestación por las calles de Porto Alegre, gobernada desde hace años, al igual que el Estado de Rio Grande do Sul, por el Partido de los Trabajadores. La ciudad brasileña será el escenario de la tercera edición, el año 2003, aunque para los convocatorias siguientes ya han surgido propuestas alternativas, entre las que destacan París y Jerusalén.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de febrero de 2002