Más de 1.000 personas murieron durante la ola de pánico que se produjo tras la explosión de un depósito de municiones en Lagos la semana pasada, según declaró ayer el comisionado del Interior de Lagos. 'Dado que se han encontrado más cadáveres en los últimos días, el balance es ahora de más de 1.000 personas, en su mayoría niños', declaró Musiliu Obanikoro, comisionado del Interior del Estado de Lagos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de febrero de 2002