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Reportaje:FÚTBOL | La jornada de Liga

De la fiesta al funeral

La derrota, un jarro de agua fría para los 15.000 madridistas que estuvieron en Montjuïc

Faltaba media hora para que el balón comenzase a rodar por el Olímpico cuando riadas de seguidores madridistas subían ya, no sin cierto esfuerzo, la montaña de Montjuïc. En grupos de cinco, de cuatro o de dos, acompañados de sus colegas de peña y ataviados con bufandas y camisetas del Madrid, hasta unos 15.000 se hicieron ver y oír en el estadio. Con sus ropas lo tiñeron en parte de blanco aunque no en la medida en que ocurría cuando el Espanyol jugaba en Sarrià, conocido en aquellas ocasiones como el Minibernabéu.

'Aquí han caído también el Depor y el Barça', consolaba un aficionado 'perico' a un madridista

En Cataluña existe una numerosa colonia de seguidores madridistas, algunos de ellos también simpatizantes del Espanyol, con un sentimiento antibarcelonista como denominador común. Pero ayer se hizo notar la mayoría de la afición perica que animó a su equipo como pocas veces suele hacerlo, estimulada por la competencia de los seguidores del Madrid.

Esperaban los blancos una gran fiesta. Pero el Espanyol se la aguó. La euforia madridista se fue tornando desolación. A los ruidosos cánticos que recibieron a los jugadores del Madrid, siguieron las ovaciones esporádicas cuando trenzaban alguna jugada, y a éstas, el silencio. Fue la forma más gráfica de expresar una frustración para la que no se encontraban palabras en un campo en el que un sector de la afición y más concretamente los radicales Brigadas Blanquiazules sintonizan con los seguidores madridistas. Algunos de los Brigadas acudieron a recibir el sábado a los jugadores del Madrid, a algunos de los cuales saludaron ayer en el estadio. Pero esa afinidad no es compartida, en contra de la creencia generalizada, por la mayoría perica.

"¡Claro que estoy decepcionado!", admitía un seguidor que, no obstante, no había dudado en esperar 45 minutos para fotografiar el autocar del Madrid abandonando el estadio. Junto a él, un centenar de madridistas más que, pese a la derrota, aplaudieron tímidamente la salida de la expedición. "¡Campeones, campeones!", osaron gritar algunos sin provocar una sola reacción en los jugadores. Apenas hubo saludos, ni autógrafos ni fotografías. Rodeados de fuertes medidas de seguridad, los jugadores del Madrid rehuyeron el contacto con la afición.

No todos los jugadores del Madrid entendieron la decepción de los seguidores desplazados a un Montjuïc más lleno que nunca -el Olímpico batió su record de asistencia: 47.900 espectadores-. "No creo que la afición esté triste, sino contenta", sorprendió Roberto Carlos. "Estamos arriba en las tres competiciones [Liga, Copa y Liga de Campeones] y llevábamos nueve partidos sin perder", abundó. La justificación no convenció. "No es admisible que vengamos en masa aquí y que nos paguen con este espectáculo tan pobre", se quejaba un padre que había acudido a Montjuïc. A su lado, un seguidor del Espanyol le consoló: "Recuerda que aquí han caído los tres grandes: Deportivo, Barça y vosotros". El Madrid no perdía en la Liga desde el 11 del noviembre: 2-1 en Zaragoza.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de febrero de 2002