El príncipe consorte está triste
Treinta años después de la coronación de la reina Margarita de Dinamarca, su esposo, el príncipe Enrique, ha hecho un repaso de su vida como consorte y ha sacado una dolorosa conclusión. Su papel a la sombra de la soberana del reino más antiguo del mundo ya no le llena, especialmente ahora que su hijo mayor y heredero al trono, Federico, acumula compromisos oficiales.