Después de la muerte de Benedicto XI, el año 1304, en la ciudad italiana de Perusa, los cardenales llevaban 11 meses de cónclave sin ponerse de acuerdo para elegir un nuevo papa. Los perusinos, hartos de la tardanza, dejaron la sala del cónclave a la intemperie y sometieron a los cardenales a una dieta de pan y agua hasta que eligieron a Clemente V. Pero también a la muerte de éste, en 1315, las circunstancias políticas alargaron el periodo de sede vacante durante dos años. Esta vez fue el conde de Poitiers quien encerró a los cardenales en el convento de los Dominicos de Lyon no dejándolos salir hasta que nombraron un nuevo papa.
Me pregunto si no se puede hacer algo así con los parlamentarios vascos hasta que consigan unos Presupuestos consensuados y con todos los negociadores del Concierto Económico hasta su renovación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de febrero de 2002