Chanquete no se reencarnó en Nuria Fergó y no pudo devolverle a Nerja el protagonismo televisivo perdido en 1981. Balance autonómico del marcador: tres andaluces, una balear, un cántabro y una valenciana. La canción con la que Nuria luchó por llevarse la última plaza de finalista no fue Del barco de Chanquete no nos moverán, sino Si tú no estás aquí, que parecía una indirecta hacia Bustamante, amigo para siempre y adversario por una noche. El cántabro, que estuvo torero, aunque algo rígido, cantando Es por amor, aprovechó su oportunidad con una entereza que sólo se resquebrajó al conocer el veredicto favorable de ese público que tanto le quiere y al que tanto debe. Y eso que el vídeo de los alcaldes implicados paseando por Fitur era para llorar, pero, una vez más, prevaleció ese buen rollo que ha marcado los casi cuatro meses de galas y academia y que la Fergó dignificó con su deportividad a la hora de perder.
A Chenoa ni siquiera le temblaron los pendientes al interpretar Maybe this time, un hueso con el que empezó arrastrando el compás pero que acabó royendo sin contemplaciones, soltando ese par de lágrimas justas para conmover al personal sin que se le corriera el rímel. A eso se le llama profesionalidad y lo demás son puñetas.
La gala introdujo la novedad de unos vídeos con opiniones de fans, un recurso de relleno que resolvía las transiciones entre actuación y entrevista. Bisbal, pletórico, hizo campaña electoral para candidato a ganador cantando Vida loca, aunque su camisa de dueño de casino de Miami parecía más indicada para intentar sobornar a un agente federal entrometido. En algunos momentos de su actuación, Manu parecía el hermanastro andaluz de Paul Newman, y el realizador le hizo un favor enfocando reiteradamente sus ojos de un azul que no entraré a describir porque soy daltónico. Asfixiada por un exceso de arreglos, su versión de Contigo aprendí no brilló tanto como la que cantó la semana pasada, pero mantuvo su firme condición de favorito. A Rosa la engañaron con una de esas coreografías que los cantantes tienen que soportar con una sonrisa aunque por dentro se estén acordando de la madre del coreógrafo. Su I will go with you resultó algo hortera y puso en evidencia que se le da muy bien cantar pero no bailar. El vídeo de Verónica permitió descubrir una escena casi tan emotiva como el anuncio de los osos polares adictos a la chispa de la vida: las cuatro chicas del grupo llorando en grupo viendo una película.
Aunque el título de su canción se prestaba a algún chiste malévolo (Contigo en la distancia), Verónica demostró mucha sangre fría y, poniendo en práctica lo mucho que ha aprendido, consiguió que el caballo en el que suele convertirse su voz no se desbocara. Aunque www.portalmix.com había anunciado un popurrí, la cosa se quedó en una canción más por concursante, la misma que interpretaron en su primera gala y que repetirán en esa gira triunfal que empezará el 4 de abril en Zaragoza. Curiosamente, esa segunda canción no tuvo tanto interés porque no era competitiva ni tenía el morbo de lo decisivo, porque, como no se cansan de repetir sus responsables, esto es un concurso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de febrero de 2002