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Científicos del Reino Unido piden más control para los transgénicos

Los alimentos transgénicos suponen un "riesgo insignificante" para la salud humana, pero el mecanismo de control y seguridad de una gran variedad de dichos productos debe mejorarse antes de que se permita su entrada en la cadena alimentaria. Éstas son las principales conclusiones del informe científico que la Royal Academy -equivalente a la Academia Británica de la Ciencia- puso en marcha el año pasado.

El documento, publicado ayer, pide un mayor control en las pruebas contra alergias y en la producción de alimentos infantiles a partir de ingredientes modificados genéticamente. Exige, además, la armonización legislativa y normativa a nivel de la Unión Europea para evitar "inconsistencias y vacíos legales" entre los Estados miembros. "Apoyamos completamente el derecho del público a que todos los alimentos, independientemente de que contengan ingredientes modificados genéticamente, sean objeto de rigurosos controles de seguridad y nutrición", afirma el responsable del informe, el profesor Jim Smith.

Las pruebas de alergia se limitan hasta la fecha a los efectos de la ingestión de alimentos, y, según el informe, deberían cubrir también el riesgo de inhalar polen, esporas o polvo de las cosechas transgénicas. Adelantándose al futuro, el grupo de científicos resaltó la necesidad de reforzar la legislación sobre los alimentos infantiles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de febrero de 2002