Las reglas de un país de la UE sobre pensiones alimenticias deben respetarse en toda la Unión. Así lo decretó ayer el Tribunal Europeo de Justicia, con sede en Luxemburgo, en el caso de un matrimonio austriaco divorciado en 1989 y padres de una joven de 15 años. La madre tiene la custodia y vive en Francia. El padre, que vive en Austria, debía pasar una pensión alimenticia a su hija de 348,83 euros al mes, lo que cumplió hasta que en 1998 perdió su empleo. La niña solicitó a su país que se le adelantara durante tres años esa cantidad, pero la justicia se negó porque la madre ya no vive en Austria.
Ahora Luxemburgo recuerda que "el derecho a la libre circulación que permite vivir en otro Estado miembro sería obstaculizado si la adjudicación o el montante de las prestaciones familiares dependiera del lugar de residencia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de febrero de 2002