'Aquí estará el edificio de capitanía del puerto de Sant Adrià y por encima de nosotros atravesará la pasarela del puerto. Todo esto estará cubierto de agua dentro de unos meses'. Era la explicación que dio el alcalde de Barcelona, Joan Clos, desde un punto de las obras de infraestructura del área del Fòrum y del puerto de Sant Adrià de Besòs, del que ya hay el primer vestigio; una enorme losa de 34 metros de largo por 20 de ancho. Es el primer cajón del dique de abrigo. Junto al futuro puerto, un enjambre de máquinas y grúas reina en el espacio, por ahora no visitable, en el que la base de parte de los edificios principales del Fòrum ya empiezan a tomar forma, como el aparcamiento del edificio Fòrum y la base del centro de convenciones.
Una grúa azul, altísima, marca la que será la altura de uno de los hoteles de esa área que, dentro de unos años, será una de las más equipadas en cuanto a plazas hoteleras. La continuación del lateral mar de la ronda Litoral queda semioculto por una montaña de tierra que se abocará al mar para formar la plataforma del futuro zoo, que aún está pendiente del último permiso. Al lado, unas máquinas derriban las antiguas cubas de la vieja depuradora y un grupo de obreros trabaja en una parte de la futura depuradora.
Para el verano próximo están previstas las obras de más complejidad de la infraestructura; la cobertura de la ronda, que dará lugar a una explanada de 14 hectáreas que prácticamente arrancará en la intersección de esta vía con la avenida Diagonal y se asomará al mar. Ahora, una hilera de columnas de cemento es la única señal de que algo ocurrirá por encima de la ronda. Esas obras, explicó ayer Clos, se realizarán en verano, sobre todo en agosto, para evitar problemas de circulación ya que será necesario cortar la ronda.
Todas las obras de infraestructura deben estar listas en la primavera de 2003, incluido el puerto de Sant Adrià, ya que formará parte del escenario de algunos eventos del Fòrum. Clos insistía ayer en que las obras van a buen ritmo. Todo el proceso de urbanización del norte de Barcelona -hasta ahora ocupado por los equipamientos duros, como la incineradora y la depuradora- supondrá, además, un continuo del litoral y de las playas de la ciudad que se extenderá desde el puerto de Barcelona hasta Mongat. En total, 14 kilómetros.
Es desde las torres de Diagonal Mar donde se aprecia el impacto de la transformación. Un proyecto, el urbanístico, mucho más definido que la supuesta excusa que lo arrancó: el Fòrum.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de febrero de 2002