Estos días resulta difícil hallar en los comercios un accesorio de manos libres que permite usar los teléfonos móviles en los coches. Sencillamente, escasea el suministro a los pocos días que lleva en vigor la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, desde el 21 de enero.
La norma ha pillado desprevenidos a los fabricantes de accesorios de móviles, hasta el punto de que la oferta no se estabilizará hasta dentro de unos cuatro meses, según fuentes del sector. Motorola calcula que este año se venderán un máximo de 300.000 accesorios de este tipo, seis veces más que la venta tradicional. El consumidor debe tener en cuenta que cada terminal necesita de una instalación de manos libres específica. Un kit que puede instalar el usuario sale por entre 50 y 100 euros, mientras que una instalación hecha por un profesional alcanza un precio de 500 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de febrero de 2002