Técnicos de la Empresa Nacional de Residuos (Enresa, SA) procedieron ayer a la retirada del cabezal radioactivo de un pararrayos instalado desde hace veinte años en el cuartel de la Guardia Civil de Molina de Segura (Murcia) tras las reiteradas quejas de un grupo de vecinos que relaciona la existencia de este dispositivo, prohibido según un Real Decreto desde 1986, con la muerte de 14 personas por diversos tipos de cáncer en los últimos 13 años.
Técnicos de Enresa certificaron que 'en el lugar donde fue retirado el cabezal radioactivo y zonas circundantes los niveles de radiación y contaminación no presentan ningún riesgo que resulte no admisible, por lo que dichos lugares son de libre acceso para el público en general, según la reglamentación vigente'. Enresa asegura que la retirada de la instalación se debe a 'la agitación social generada'.
El jefe de oncología del hospital Virgen de la Arrixaca, Agustín Navarrete, indicó a EL PAÍS que la denuncia de los vecinos es 'llamativa' y que 'aunque no exista ninguna evidencia causa-efecto, las autoridades sanitarias deben hacer un estudio serio sobre la zona para tranquilizar a la población'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de febrero de 2002