El concejal del Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall calificó ayer de 'discriminación real' que la capital catalana sea la última ciudad donde se desplegarán los Mossos d'Esquadra. Con esta queja Maragall respondió a las acusaciones de CiU y el PP sobre la supuesta falta de agentes de la Guardia Urbana en las calles de Barcelona. Los dos grupos de la oposición volvieron a poner de manifiesto el déficit de agentes de este cuerpo el mismo día que el Ayuntamiento anunció que convocará 100 nuevas plazas para aumentar la plantilla de la Guardia Urbana.
Los concejales Jaume Ciurana, de CiU, y Emilio Álvarez, del PP, consideran insuficiente esta cifra y aseguraron que 'el incremento real de la plantilla será de unos 50 agentes', teniendo en cuenta las bajas y los cambios de destino. Maragall les replicó asegurado que, según las ratios del consejero de Interior, Xavier Pomés, 'la plantilla de la Guardia Urbana es excesiva'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de febrero de 2002