Una juez de Lleida ha condenado a un padre a continuar manteniendo a su hijo de 26 años para que pueda seguir sus estudios, por considerar que el divorcio de sus progenitores provocó una crisis al joven. Ignasi Puente demandó a su hijo porque creía que ya era demasiado mayor para seguir pagándole una pensión de 40.000 pesetas mensuales. La decisión de la juez se fundamenta en la versión del hijo, que sostiene que tras la separación de sus padres tuvo una crisis y ha tardado siete años en terminar una carrera que habitualmente se acaba en tres. El padre ha manifestado: 'En el juicio, mi hijo no aportó ningún informe que avalara la supuesta crisis. Estoy totalmente indefenso y por lo visto tendré que mantener a mi hijo toda la vida'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de febrero de 2002