Kevin Pitt, superintendente en jefe de la policía de Cleveland, en Middlesbrough, Inglaterra, vivió el día 6 el momento más bochornoso de su vida. Pitt, de 49 años, 30 de ellos al servicio de la policía, cometió la torpeza de ponerse a orinar contra la tapia del palacio presidencial de Vilnius, la capital de Lituania. Con tan mala fortuna que, aunque era ya de noche, su inoportuno alivio vesicular fue observado por sus colegas de la policía local y captados por una de las cámaras que controlan palacio. Cogido con las manos en la masa y herido en su orgullo, Kevin Pitt, que se encontraba en Lituania dando un curso sobre lucha contra la corrupción, tuvo la gallardía de pedir disculpas a los lituanos y a sus colegas de la policía de Cleveland y presentó su dimisión al regresar a Inglaterra. 'Durante más de 30 años de servicio en la policía mi divisa ha sido la honestidad y la integridad. Tras este incidente aislado no tenía más alternativa que ofrecer mi dimisión inmediata y pedir perdón por todos los problemas que haya podido causar', explicó. Pitt pagó 200 litas (9.500 pesetas) de multa.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de febrero de 2002