No lo justifica ninguna ley, pero la Generalitat dice que tendremos que esperar siete u ocho años más para tener el instituto de educación secundaria que reivindicamos para Teià. Nuestro pueblo crece por encima de la media catalana. En poco tiempo ha superado los 5.300 habitantes, y seremos 7.000 dentro de tres años. De los 168 municipios catalanes con población superior a 5.000 habitantes sólo quedamos 10 sin instituto, mientras que 58 pueblos de menos de 5.000 habitantes ya lo tienen.
Carecer de instituto es un agravio comparativo. En los pueblos de nuestro entorno sí tienen y, además, también pueden elegir escuelas concertadas. Nosotros no, pero sólo exigimos un instituto público, porque no tenerlo nos acarrea inconvenientes, entre otros que los estudiantes de secundaria de Teià tienen que ir al instituto que les corresponde por su cuenta y, como tampoco hay transporte público, sus padres tienen que proporcionarles uno privado. El instituto es una demanda de todo el pueblo, porque nos estamos perdiendo un eje vertebrador de la actividad cultural, social y económica, y porque ya tenemos una deixalleria, una depuradora y una planta de compostaje: tres instalaciones al servicio de diversos municipios, pero no tenemos ni centro de asistencia primaria ni instituto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de febrero de 2002