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Dos capitales

El pulso entre Madrid y Barcelona cuestiona el modelo de desarrollo

La pérdida de peso de Cataluña tensa la relación entre las dos capitales

Barcelona
La última Pasarela Gaudí, celebrada esta semana en la capital catalana, ha constituido el más reciente ejemplo: las relaciones entre Madrid y Barcelona se han tensado en los últimos tiempos hasta límites insospechados. Barcelona pierde peso económico, político y cultural frente a la pujanza de Madrid. Los últimos Presupuestos Generales del Estado prevén unas inversiones públicas para Cataluña de 2.063 millones de euros, mientras que para Madrid ascienden a 2.898 millones, un 40% más. El jueves se celebraron en Barcelona, desde la perspectiva catalana, dos debates en BTV y TV-3 sobre estas cuestiones, que subrayaron las tensiones y pusieron sobre la mesa cifras incómodas y a menudo ocultadas.

La discriminación de inversiones públicas que viene sufriendo Cataluña con respecto al resto de España fue de nuevo, el pasado jueves, el centro de un doble debate en Barcelona Televisió y TV-3. Sobre la mesa, dos temas principales: el reparto territorial de la inversión pública y el distinto ritmo de crecimiento de las autonomías.

En el debate de BTV, moderado por su director, Joan Tapia, participaron el empresario Leopoldo Rodés; el economista Joan Trullén; el director general del Grup Caixa y presidente de Gas Natural, Antoni Brufau, y el periodista Andreu Missé. El primer tema abordado fue la menor dotación de capital público con que ha contado Cataluña durante los últimos 45 años. Las inversiones realizadas por todas las administraciones públicas en Cataluña han sido inferiores, respecto al conjunto de España, en una media del 1,1% del PIB. A este dato hay que añadir el estancamiento de la inversión por parte de la Generalitat, que no ha corregido el insuficiente papel del Estado. En segundo lugar, esta escasez de recursos ha sumido a Cataluña en una situación de asfixia económica evidenciada en una pérdida de su peso relativo, de casi un punto del PIB, con respecto al resto de España.

Leopoldo Rodés y Antoni Brufau analizaron el déficit de obra pública en Cataluña

El empresario Leopoldo Rodés subrayó que la pérdida de peso no es sólo económica, sino que afecta también al sector cultural. 'Barcelona ya no es lo que era hace 30 años. Entonces, en esta ciudad estaban las principales empresas de cine y las relacionadas con la cultura. Hoy, por ejemplo, Barcelona ofrece menos conciertos que Madrid. Esto hace años hubiese sido impensable, pues Barcelona era la capital musical española. Y ya no digamos en lo referente a los museos'.

Rodés destacó también la creciente atracción que ejerce Madrid entre los jóvenes profesionales. 'En Barcelona hay muchos chicos que son buenos profesionales pero que cuando buscan colocarse han de ir a Madrid. Esto provoca un éxodo que perjudica no sólo a Cataluña, sino a todo el país', afirmó. El empresario añadió que el proceso de concentración de actividad económica y financiera en Madrid tiene una notable excepción: el caso de La Caixa. Frente a este panorama de incertidumbre económica, rescató a la capital catalana como una de las ciudades con mejor calidad de vida de Europa y que más turismo atraen.

Antoni Brufau señaló que Cataluña ha tenido muy buenas infraestructuras privadas, entre ellas las autopistas, pero reconoció que las inversiones en infraestructuras públicas no han estado a la altura de lo que necesita el país. Sin embargo, añadió: 'Yo soy optimista y creo que a partir de ahora la situación mejorará. El AVE es un ejemplo. Podemos discutir el modelo, pero el hecho de que vaya a llegar a las cuatro capitales de provincia y a los dos puertos representa un gran avance'. Reconoció que el aeropuerto está muy atrasado y que tiene que ser uno de los retos principales, 'ya que Barcelona no debe mirar tanto a Madrid, sino hacia Europa o hacia Oriente'.

El economista Joan Trullén centró su discurso en las exportaciones. 'Las sedes sociales de las empresas y los centros de decisión se han concentrado cada vez más en Madrid, pero como dato positivo hay que destacar que la exportación catalana es superior a la madrileña'. En su opinión, las de Madrid son empresas reguladas que no tienen una capacidad exportadora relevante, mientras que Barcelona está ganando peso con respecto al comercio internacional. 'Una situación que va a ser buena a largo plazo para Barcelona y mala para Madrid'.

El periodista Andreu Missé recordó la propuesta realizada hace cuatro años por el catedrático de Economía y Consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, Andreu Mas- Colell, que exigía un mayor grado de autonomía para el aeropuerto de El Prat. Señaló que el Estado ha invertido en Barajas seis veces más que en El Prat.

Joan Tapia sintetizó las opiniones de los cuatro participantes, que coincidieron en que la falta de equipamiento de las administraciones central y autonómica se ve compensada en parte por los ayuntamientos en Cataluña. En esta comunidad, los municipios aportaron el 43,7 % de la inversión pública entre 1995 y 1998, un porcentaje muy superior al del resto del Estado, que fue del 28%, lo que supone un mayor esfuerzo fiscal para los ciudadanos catalanes.

A la misma hora, TV-3 dedicó también la noche del jueves a una reflexión sobre las relaciones entre Madrid y Barcelona. El programa arrancó con un informativo que articulaba una serie de reportajes al hilo de las declaraciones cruzadas de los alcaldes de Madrid, Jose María Álvarez del Manzano, y de Barcelona, Joan Clos, quien desde hace unos meses ha abanderado la bicapitalidad de España.

'En Madrid no se da esta polémica porque no tenemos ningún problema con Barcelona, si acaso un profundo respeto y una gran admiración', dijo Álvarez del Manzano, que además se mostró seguro al afirmar que los ciudadanos madrileños son los más perjudicados en la redistribución de la riqueza que el Estado hace a través de los impuestos.

Clos puso en duda esta afirmación y centró sus argumentos en el mayor desarrollo que han registrado el metro y los parques feriales madrileños. Poco antes, los historiadores Santos Juliá y Jaume Sobrequés, subidos en sendos autobuses turísticos de las ciudades, participaron en el debate buscando los orígenes de la polémica.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de febrero de 2002