El presidente Eduardo Duhalde acusó ayer a las multinacionales extranjeras de llevarse sus ganancias al exterior. 'Yo quisiera tener 20, 30 o 40 empresas multinacionales argentinas que lleven trabajo a nuestra gente, en vez de tener multinacionales de otros países que vienen a Argentina a trabajar, pero que se llevan las ganancias afuera', apuntó el jefe del Estado.
Durante el discurso, que pronunció en la inauguración de obras de pavimentación en la localidad bonaerense de Moreno, Duhalde prometió que va a poner a Argentina 'de pie'. 'A Argentina la vamos a sacar del pozo, la vamos a poner nuevamente de pie, con el trabajo de nuestra gente. Le pido a todo mi pueblo que acompañen al presidente en esta empresa, porque se juega el destino de la patria', señaló.
Por otra parte, después del anuncio del pasado domingo, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, dispuso las fiestas del lunes y el martes para que los bancos adaptaran sus sistemas a las nuevas reglas. El cierre del mercado cambiario se extendió al miércoles y al jueves, pero todos sabían que la prórroga se agotaría hasta el final y la definición de la ruleta argentina a disparos de cotización comenzaría el lunes.
El tiempo ganado le ha servido al equipo económico para proteger sus defensas. El dólar será un verde objeto de deseo difícil de conseguir y se venderá sólo en las casas de cambio. El Gobierno confía en que la escasez de pesos y los obstáculos reprimirán el alza en la cotización por debajo de los dos pesos cada dólar.
Duhalde denunció ayer 'una campaña fomentada por los sectores de la especulación que están esperando hacer negocio' cuando la cotización del dólar flote libremente, y pidió a los ciudadanos que 'tengan mucho cuidado con lo que escuchan sobre la marcha de la economía'. 'Si somos capaces de mantener fuertemente esta devaluación sin que haya hiperinflación, todos serán beneficiados', añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de febrero de 2002