El Gobierno de Camboya "está determinado" a continuar con el plan de juzgar a los jefes de los Jemeres Rojos por sus crímenes contra la humanidad, pese a que la ONU renunció a colaborar en el establecimiento de un tribunal internacional, informaron ayer fuentes oficiales.
"La posición del Gobierno de Camboya sobre el proceso a los Jemeres Rojos no ha cambiado", declaró un portavoz oficial, quien insistió en que el Ejecutivo de Phnom Penh estaba dispuesto a retomar las negociaciones con la ONU sobre el establecimiento de un tribunal internacional.
Hans Corell, consejero legal del secretario general de la ONU, Kofi Annan, anunció el viernes que habían comunicado al Gobierno camboyano su decisión de "no negociar más el establecimiento de un tribunal especial por el genocidio y los crímenes contra la humanidad perpetrados por los líderes de los Jemeres Rojos entre 1975 y 1979". La ONU cree que el tribunal camboyano no garantizará "la independencia, imparcialidad y objetividad", indicó Corell.
La ONU y el Gobierno camboyano negociaban desde hace cuatro años el establecimiento de un tribunal especial para juzgar a los líderes supervivientes del régimen de los Jemeres Rojos, responsables de la muerte de 1,7 millones de personas durante su reinado de terror.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de febrero de 2002