La reciente retirada de Yves Saint Laurent del mundo de la alta costura, escenificada en París con un espectacular desfile -en el que se exhibió una selección de sus modelos de los últimos cuarenta años-, es una buena ocasión para reflexionar sobre las transformaciones sufridas por ese tipo de moda en el mundo actual. E, indirectamente, sobre la correlación entre industria de la moda, sociedad y símbolos del poder, en una semana en la que en España ha estallado la polémica sobre si deben o no fusionarse las pasarelas Gaudí y Cibeles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de febrero de 2002