Quiero denunciar el peligro de accidente a que nos abocan las autoridades de tráfico de Cataluña con algunas de sus actuaciones. Si desde la Generalitat se apela a los conductores para que extremen la prudencia, debemos pedir lo mismo y un poco de sentido común a las autoridades cuando adoptan medidas que afectan a los conductores.
El pasado 20 de enero me desplacé desde Sabadell a Puigcerdà. Al llegar a Sallent, tras la salida de la C-58, me encontré con una serie de conos que inicialmente debían facilitar el sentido sur de la circulación, pero que limitaban mi carril a un estrecho espacio por el que resultaba muy difícil circular. Entre los kilómetros que separan Sallent y la Colonia El Rosal sufrí serias dificultades para transitar con seguridad. Pero más problemático resultaba cuando debía aproximarme al lado izquierdo de mi carril ya que los vehículos que circulaban en sentido contrario tampoco tenían suficiente espacio para circular con total seguridad.
Si se nos pide prudencia al volante, el departamento de Tráfico de la Generalitat debe ser el primero en demostrar prudencia, sentido común y un poco de respeto por los conductores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de febrero de 2002