El debate sobre la presencia de las comunidades autónomas en los órganos de discusión de la Unión Europea (UE) puso anoche de manifiesto la división de las fuerzas políticas en torno a la construcción del Estado autonómico. La discusión se produjo anoche en el Congreso de los Diputados y se zanjó con el voto en solitario, pero más que suficiente, del Partido Popular, contrario a esa representación autonómica. Convergència i Unió (CiU) presentó una iniciativa que contó con el apoyo del PNV, EA, IU, Coalición Canaria, Iniciativa per Catalunya, BNG y Partido Andalucista. El PSOE se abstuvo.
"Sólo la ignorancia, o la arrogancia, o la mala fe explican un rechazo a algo que se acepta en Europa", reprochó al Gobierno el representante de CiU, Ignasi Guardans.
Aunque el debate comenzó en torno a las 22.00, durante todo el día los distintos partidos fijaron posiciones y se cruzaron reproches. El Grupo Popular no admite en estos momentos la presencia de las autonomías dentro de la delegación española ante la UE. Por tanto, poco había que hablar.
En paralelo, hubo debate en los pasillos, en algunos momentos agrio, entre el PSOE y CiU. Ambos sí tienen "doctrina" sobre la materia, aunque les aleja la presencia del representante autonómico ante las instancias europeas en solitario o en compañía siempre del ministro del Gobierno central. Precisamente el PSOE ofreció a CiU una enmienda transaccional en la que pedían que el representante autonómico, con voz y opinión, formara parte de la delegación española. Cierto es que la propuesta de CiU sólo pretendía que la presencia, sin el paraguas del Gobierno central, de un representante autonómico fuera sólo en los casos en los que se discutan materias de exclusiva competencia de una comunidad. CiU no aceptó esta transacción y, por tanto, el PSOE se abstuvo. "No puedo aceptar lo que pretende el PSOE porque devalúa nuestra propuesta", explicó Guardans, que aceptó globamente las "aportaciones" de todos los demás grupos.
La tesis del Ejecutivo central, a través del PP, fue fielmente reflejada por el diputado Guillermo Martínez. "La representación de la política exterior la ostenta el Gobierno, y las comunidades autónomas tienen su cauce en el comité de las regiones", señaló este parlamentario. El Ejecutivo del PP promovió en su día una subcomisión de estudio sobre esta complicada cuestión en el Ministerio de Administraciones Públicas y no llegó a ninguna solución.
Ante esa perspectiva, el grupo catalán pidió la colaboración de las autonomías en el Consejo de Ministros de la UE, así como en el Comité de Representantes Permanentes (Coreper) y en todos los comités de trabajo, dentro de la delegación española cuando se aborden temas de su competencia exclusiva o de su interés singular. Esto no se admitió y, por tanto, mucho menos que el Gobierno acepte dejar a un representante autonómico que presida la delegación.
Pero CiU fue casi más crítico con el PSOE que con el PP, y así lo manifestó su portavoz, Xavier Trias. Este político considera que los socialistas utilizan un "doble lenguaje", según donde surjan las discusiones. El texto que ayer presentó el PSOE, a modo de enmienda, es el aprobado el pasado 1 de febrero en el Comité Federal, en el que se defiende la presencia de las comunidades autónomas pero se deja en todos los casos la presidencia de la delegación al Gobierno central, tal y como anoche volvió a defender el portavoz del PSOE en materia autonómica, Juan Fernando López Aguilar. Pero los socialistas aceptan, en un proceso de mayor integración de las autonomías, que debe flexibilizarse más la participación efectiva de esas comunidades en la fase de deliberación de la delegación española. Sobre todo cuando estén en discusión sus intereses estratégicos.
El PSOE, además, considera esta medida insuficiente si no se hace una reforma del Senado para que sea la Cámara territorial en la que las comunidades autónomas y el Gobierno central elaboran y conformen la voluntad del Estado. Exactamente lo que ha defendido el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de febrero de 2002