La feria Arco supone un termómetro de la fortaleza con que el net.art se abre paso en el mundillo artístico europeo. Como variante de la expresión plástica de difícil comercialización, primero sólo invertían las instituciones (desde fundaciones a Ayuntamientos) en autores y proyectos. Ahora, un puñado de galerías privadas se ha animado en la 21ª edición de la feria de arte contemporáneo a ofrecer piezas de esta expresión que vincula arte y nuevas tecnologías. Menos atractiva resulta la página web de la muestra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de febrero de 2002