La cumbre de la Unión Europea que se celebrará en Barcelona en marzo comportará una amplia operación policial, un perímetro de seguridad vallado en la zona del encuentro y restricciones de tráfico de entrada y salida durante los tres días de duración: 14, 15 y 16 de marzo.
En la operación policial participarán 8.500 agentes -unos 3.000 de ellos de refuerzo- que asumirán la seguridad y ciudadana y el control de aduanas, puerto y aeropuerto. Además, efectivos de la Guardia Civil, Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana se sumarán a la operación.
Pese a que Interior pretendía cerrar completamente la entrada por la Diagonal -donde se encuentran las instalaciones que acogerán la cumbre-, finalmente se ha resuelto restringir el tráfico a cuatro carriles reservados al transporte público hasta la altura de la plaza de Pius XII, según se acordó ayer en la Junta de Seguridad Local de Barcelona. Ése había sido uno de los puntos de fricción entre el alcalde, Joan Clos, que solicitó que la cumbre no alterase tan drásticamente la normalidad de la ciudad, y los mandos policiales, que no sólo dan prioridad a la seguridad de los asistentes a la cumbre -28 jefes de Estado más un millar de delegados-, sino que también pretenden prever posibles atentados terroristas.
La actividad universitaria no se suspenderá formalmente -en ese perímetro se encuentran buena parte de las facultades de la Universidad de Barcelona y la Politécnica-, pero el consejero de Interior catalán, Xavier Pomès, manifestó que los estudiantes tendrán problemas de acceso a los centros ya que las dos estaciones de metro más próximas al campus se cerrarán durante los tres días de la cumbre. La afectación del tráfico en esa parte de la ciudad será importante y ya se ha previsto incrementar los servicios de transporte público y habilitar aparcamientos en las estaciones de tren.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de febrero de 2002