Estábamos el pasado viernes 1 de febrero de botellona en la plaza del Cristo de Burgos y como siempre se juntaron allí multitud de jóvenes deseosos de pasar un rato agradable con los amigos. Pero, de pronto, invadiendo nuestro cachito de ciudad, aparecieron policías municipales y empleados de la limpieza y sin ningún tipo de respeto nos desalojaron con mangueras y esparcieron Zotal sobre el suelo, bancos y... ¡personas! Muchos acabamos con la ropa estropeada e irritaciones en nariz, ojos y boca.
Ante nuestras preguntas, por toda respuesta recibimos que los vecinos habían denunciado una plaga de bichos y que había que acabar con ellos. No sabemos a qué bichos se referían. Si cuando podan delimitan el lugar afectado, ¿por qué no se desalojó la plaza antes? ¿O eran antidisturbios disfrazados de Lipasam?
¿Éstas son las soluciones que propone el Ayuntamiento para el llamado problema de la movida? Nuestro recién estrenado derecho a voto no lo vamos a ejercer si es para apoyar este tipo de medidas represoras (¿de izquierdas?).
Aunque espero que esta carta sirva para algo, la próxima vez tendremos la precaución de poner la denuncia en el juzgado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de febrero de 2002