Un juzgado de Sevilla ha condenado a un año de cárcel a tres vendedores ambulantes que vendieron jamones en mal estado, los que previamente habían comprado a precio de saldo porque sólo podían destinarse a grasa industrial. Los acusados compraron 220 paletillas de jamón ibérico a una empresa de Nava de Béjar (Salamanca) 2, pero sólo llegaron a despachar 19 antes de ser detenidos
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002