El aspecto que ofrecían los servicios de urgencia ayer por la mañana de algunos de los principales hospitales valencianos divergía notablemente. El hospital Clínico, por ejemplo, apenas contaba hacia las 12 horas con una decena de personas en la sala, algunas de ellas pertrechadas con agujas de tricotar por si se alargaba la cosa. Si bien la mayor presión se produce entre las 17 y las 22 horas, en otros centros como el hospital Doctor Peset o el Arnau de Vilanova, la situación era distinta. En ambos, que han sufrido un gran incremento de población durante los últimos años, era constante el ir y venir de pacientes, de camillas en dirección a las salas de exploración e incluso esperando una ambulancia. Dos mujeres de avanzada edad y cinco personas en carritos de ruedas aguardaban un transporte de vuelta a casa en el hall de urgencias del Doctor Peset. En el Arnau, pese a la gran actividad, la sala de espera inferior estaba vacía, como también una hilera de camas en el pasillo de radiología.
Frente a estos dos centros, el hospital La Fe, mucho más grande, contaba con una cantidad de pacientes y familiares similar en el área de urgencia del pabellón central. Este centro se ha beneficiado de la apertura del hospital de Alzira, lo que ha desahogado notablemente sus urgencias, según fuentes sanitarias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002