El presidente del Tribunal Constitucional (TC), el conocido político Manuel Jiménez de Parga, ha declarado que echa en falta un fervor patriótico de la ciudadanía española tomando como enseñas la bandera y el himno. El presidente del TC envidia el patriotismo del pueblo norteamericano tras el atentado del 11 de septiembre, saliendo a la calle exhibiendo su bandera, o el patriotismo de la vecina Francia, defendiendo su identidad nacional. Ciertamente todo esto es algo hermoso y muy digno de elogio. Y se comprende que produzca envidia en nacionalistas españoles como el presidente del TC o destacados políticos del PP así como periodistas adictos, encabezados todos por su líder indiscutible, Aznar. Sucede, sin embargo, que España no es Francia ni, tampoco, EE UU. Y sucede, también, que la bandera española -en contra de lo que pasa en Francia o en EE UU- no ha sido siempre una y unívoca. Para unos españoles, la bandera fue, y sigue siendo, la tricolor de la República. Para otros, la bandera de España es la roja y gualda. Cierto es que ésta es la que reconoce la Constitución de 1978, alcanzada mediante un consenso en el que unos y otros tuvieron que renunciar a no pocos de sus principios. Los unos, a su bandera y a su concepción republicana del Estado. Los otros... los otros renunciaron a no tener que anatematizar a los unos -es decir, a los rojos- como enemigos de España. Y algo más: querer considerar a España como una nación al estilo de USA o Francia, no se corresponde con la realidad. Hay ciudadanos convencidos de que España es una sola nación. Pero hay otros que piensan que España es un estado plurinacional. Hay nacionalistas españoles y nacionalistas catalanes, vascos, gallegos, valencianos, canarios... Esta es una realidad innegable. Pretender que de este conglomerado de sentimientos pueda salir un sentimiento patriótico nacional unívoco enarbolando una sola bandera y cantando un solo himno, es querer ignorar esa realidad. Pero los hay contumaces. Y encima son de los ilustrados. ¡Pues qué bien!
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002