El fabricante canadiense Bombardier pedirá en los tribunales al grupo automovilístico germano DaimlerChysler una indemnización de 1.000 millones de euros por el proceso de adquisición de su filial Adtranz, según anunció ayer el grupo canadiense.
Bombardier considera que, según sus cálculos, el valor de Adtranz es notoriamente inferior al especificado en el contrato de venta, firmado el 30 de abril de 2001. "En el contrato DaimlerChrysler aseguró unas garantía a Bombardier e incluyó la confirmación de un montante de fondos propios de Adtranz", señaló el grupo canadiense. DaimlerChrysler, por su parte, sostiene que el precio establecido es inamovible y que Adtranz contabilizó todos los costes que se generaron por la entrega de pedidos hasta el cambio de dueño.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002