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Los populares rechazan la elección directa de alcalde porque le perjudicaría

El PP ha cerrado ya el documento de intenciones con su oferta de un nuevo Pacto Local y una segunda descentralización de las comunidades autónomas para transferir nuevas competencias a los ayuntamientos. La dirección del partido entregará el escrito el próximo miércoles a los presidentes autonómicos para que lo valoren e inicien el proceso de diálogo bilateral sobre el trasvase de una quincena de sus actuales competencias desde sus Ejecutivos regionales con sus respectivas Federaciones de Municipios. La semana que viene se entregará el texto también al PSOE.

El PP espera, por su parte, conocer el detalle de la contraoferta del PSOE y especialmente en el llamativo apartado de la elección directa de alcaldes en una segunda vuelta si en la primera ninguna candidatura obtiene mayoría absoluta. El PP rechaza en principio esa opción con el argumento de que sería más cara y porque le perjudicaría en muchos municipios.

El PP disfruta de una cómoda posición de poder en el ámbito local, con 28 capitales de provincia y más de 1.300 alcaldías en toda España. El PP ya observó en las elecciones locales de 1999 que no podía esperar apoyos externos para hacerse con el gobierno de esas instituciones porque tenía menos facilidades de pactos poselectorales que otras formaciones, especialmente el PSOE. Aunque en 1995 los socialistas tampoco tuvieron disponible a IU.

Ahora, para las elecciones de mayo de 2003 no se esperan grandes colaboraciones. De hecho, el secretario general del PP, Javier Arenas, ha llamado al partido a movilizarse al máximo para esa cita con el objetivo de aumentar sus mayorías en previsión de esos pactos de los adversarios.

A un solo concejal

El PP tiene muy presente lo que le ocurrió en capitales como Burgos, Soria o Segovia, donde se quedó a un concejal de gobernar. Los populares son conscientes de que en muchas zonas de España, como Andalucía y Cataluña, el PSOE se beneficiaría en una segunda vuelta de elección de alcaldes de los votos de otros partidos minoritarios. En el PP advierten, en cualquier caso, que también hay muchas formaciones independientes próximas a su ideología que podrían proporcionales el triunfo, como pasó en León, Zaragoza, Teruel o Vitoria.

Los populares rechazan además la doble vuelta porque contraviene la reducción de los gastos puesta en marcha con las últimas reformas de la ley electoral. Las campañas, lejos de recortarse, se duplicarían, como los gastos de organización, de los partidos y del Estado. Y replican que para cambiar leyes sobre las reglas de juego democrático debería disponerse de un consenso político más que complicado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002