Éstas son algunas de las frases pronunciadas ayer por Slobodan Milosevic durante su turno de defensa ante el Tribunal de La Haya.
- 'Los americanos se van a Afganistán, al otro lado del mundo, para luchar contra el terrorismo y eso es considerado lógico y normal. Mientras que aquí la lucha contra el terrorismo en el corazón del propio país, en tu propia casa, es considerada un crimen'.
- 'La población de Kosovo fue expulsada por el ELK [Ejército de Liberación de Kosovo, la guerrilla albanesa] porque ordenaron a la gente que se fuera, los golpeaban y los mataban'.
- 'En la tradición serbia, y como tradición de los militares serbios, un prisionero de guerra y un hombre desarmado son sagrados'.
- 'El Ejército y la policía defendieron a su país con honor y caballerosidad. Los grupos e individuos que pueden cometer crímenes existen en cualquier parte del mundo'.
- '¿Cómo se atreve [dirigiéndose a la fiscal Carla del Ponte] a decir que Kosovo limita con Serbia? Kosovo es Serbia. La Haya no limita con Holanda'.
- 'El mundo entero sabe que esto es un proceso político que no tiene nada que ver con el derecho'.
- 'Los bombardeos [de la OTAN] fueron sin piedad. Su objetivo era provocar el mayor sufrimiento posible, el mayor número de muertos posible. Su objetivo era claramente civil'.
- 'La OTAN no hizo distinciones, todos sufrieron, mujeres, niños y ancianos'.
- 'Sólo tengo un teléfono público en la prisión. Eso es todo lo que tengo para luchar contra este terrible libelo contra mi país, mi pueblo y contra mí'.
- 'No están contentos [los alemanes] con su derrota en las dos guerras mundiales y ahora me están crucificando aquí con la ayuda de sus aliados, que en un tiempo fueron sus enemigos'.
- 'Sus jefes [a la fiscal] destrozaron Yugoslavia y ahora quieren que dos o tres personas paguen la factura para mantener la responsabilidad lo más alejada posible'.
- 'He visto en televisión que [Jacques Chirac] dijo que había salvado los puentes de Belgrado, pero los puente más importantes fueron bombardeados y destruidos. Eso demuestra que los jefes de Estado decidían. Cuando venga, como ustedes saben tengo derecho a interrogar a testigos, le preguntaré por qué no vetó la destrucción de una pequeña ciudad minera y de otros blancos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de febrero de 2002