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20 inmigrantes se fugan tras un motín en un campo de detención británico

El más moderno campo de detención de inmigrantes del Reino Unido quedó ayer medio destruido tras los incendios que siguieron a un motín de sus ocupantes a última hora de la tarde. El incidente va a provocar varios quebraderos de cabeza al ministro del Interior, David Blunkett, defensor de la línea de mano dura con los inmigrantes que no reúnan las condiciones mínimas para quedarse en el país.

El campo de detención de Yarl's Wood, en Bedford, en el centro de Inglaterra, alojaba a casi 400 inmigrantes pendientes de ser expulsados, aunque su capacidad es de 900. Inaugurado hace un año tras un dispendio de 100 millones de libras (165 millones de euros), los daños del fuego se evalúan en unos 35 millones de libras. Se trata de uno de los campos que en septiembre pasado fueron declarados ilegales por la justicia en primera instancia, y luego legales al ganar el Gobierno su recurso contra la primera decisión.

Pese a su legalidad, han sido siempre políticamente polémicos. Mientras los conservadores más radicales clamaban a favor de encerrar a los inmigrantes ilegales y la izquierda les llamaba nazis, el pragmático Gobierno de Tony Blair iba construyendo campos de detención. El de Bedford está gestionado por un grupo privado de seguridad, Group 4.

Los incidentes empezaron cuando una mujer de 55 años fue maniatada para ir a la enfermería. Se trataba de una interna 'difícil', explicaba ayer la dirección para justificar el uso de esposas. 'Llevaba tres días pidiendo ir a la enfermería y cuando la maniataron se enfadó, como es lógico', responde un defensor de los inmigrantes. El incidente se convirtió en protesta generalizada y el campo empezó a arder al menos por dos sitios. Como no tiene sistemas antiincendios, pese al dictamen emitido hace un año por los bomberos, el fuego se propagó con facilidad.

Los responsables del campo creen que la protesta no fue espontánea y que todo estaba preparado. En el caos de los primeros momentos se cree que escaparon 20 inmigrantes, de los que ocho ya han sido detenidos de nuevo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de febrero de 2002