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EL DEFENSOR DEL LECTOR

Una metáfora inquietante

El domingo pasado, en este mismo espacio, Lombilla publicó uno de sus dibujos en el que podía verse el busto de un Cristo, al modo del de Velázquez, pero en la cruz se había sustituido el INRI por una palabra todavía cargada de emociones muy contradictorias: 'GAY'.

A la izquierda del dibujo, una leyenda trataba de explicar el significado de la composición: 'Ucronía bíblica'.

Dice el diccionario de la Real Academia que ucronía es la 'reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder'.

Ángel González Martínez, desde El Puerto de Santa María, telefoneó por dos veces al Defensor para quejarse por el dibujo. En su opinión constituye una afrenta a la figura de Jesucristo y, por extensión, a todos los creyentes católicos que ven en su figura la encarnación de Dios en la tierra, el hijo de Dios, hecho hombre.

El Defensor ha pedido a Lombilla una explicación sobre el dibujo y el autor afirma que ni quiso ofender a nadie ni piensa que el dibujo sea ofensivo.

'No llamo gay a Cristo', dice, 'traté de hacer una crítica a la jerarquía católica que ha insultado a la población gay diciendo que son enfermos. Comprendo que la palabra gay es una palabra maldita, pero considerarla insultante es homofobia'.

Lombilla añade que se limitó a 'hacer una metáfora de la víctima, en este caso de los homosexuales. Podría haber puesto inmigrantes, como ejemplo de víctimas actuales simbolizadas en Cristo y, probablemente, nadie se hubiese escandalizado, pero entiendo que la palabra gay sigue pareciendo un insulto para muchas personas'.

El Defensor piensa que las explicaciones de Lombilla son aceptables y excluye cualquier intención ofensiva por su parte.

Estamos, sin duda, ante un dibujo provocador y, en buena medida insólito, porque las confrontaciones entre símbolos religiosos de primera magnitud -realidades para los creyentes- y modos de ser todavía muy controvertidos socialmente, como la homosexualidad, provocan reacciones muy vivas.

El Defensor piensa que el dibujo es de difícil comprensión. La palabra ucronía sólo se maneja en ámbitos restringidos, está muy alejada del lenguaje común con lo que es dudosa la interpretación que el lector medio de un periódico pueda hacer del chiste a primera vista.

En cualquier caso, jugar con símbolos religiosos tiene el riesgo permanente de herir los sentimientos más íntimos y más respetables.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electrónico (defensor@elpais.es), o telefonearle al número 91 337 78 36.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de febrero de 2002