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OPINIÓN DEL LECTOR

No era parlamentaria

Aprovechando que nuestros parlamentarios han estado ocupados en estas fechas dándole los últimos toques a sus pensiones de jubilación, paso a exponerles un pequeño problema que me afecta, relacionado también con este mismo tema. Yo trabajé como profesor, desde septiembre de 1977 hasta septiembre de 1982, en el Liceo Alkartasuna de Beasain, que, pasados unos años, se convirtió en centro público. En este centro tenían la costumbre de no cotizar a la Seguridad Social por sus trabajadores hasta que no hubiesen cumplido treinta años. En mi caso, según consta en mi Fe de Vida Laboral, no se cotizó hasta mayo de 1980, prácticamente tres años sin cotizar por tanto.

En 1982, varios profesores del Liceo aprobamos las oposiciones en el turno de libres y empezamos a trabajar en centros públicos. Al publificarse el liceo, el Gobierno vasco, asumió todos los activos y deudas del mismo; todas menos una, la deuda que el centro había contraído con sus trabajadores por impago de cuotas a la Seguridad Social. El Gobierno nos ha reconocido a efectos de antigüedad sólo los años cotizados.

Ahora que ya han pasado veinte años desde que dejé el Liceo y viendo que la jubilación está cada vez menos lejana, me preocupa que esos tres años no cotizados me hagan perder un 24% de mi pensión, o que me vea obligado a trabajar tres años más para poder cobrarla entera. No dudo en que nuestros parlamentarios tratarán de encontrar una salida justa a este problema, por lo menos con la misma diligencia que han demostrado en solucionar sus propios asuntos.- Fernando Extramiana. San Sebastián

La indignación de la mayoría de la gente con la noticia de las pensiones de jubilación que los miembros del Parlamento vasco se han recetado, me anima a contar un caso real atendido en la Asesoría de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia. Acudió a nosotras una trabajadora para que le explicásemos cómo era posible que en la oficina de información del INSS le hubieran dicho que al jubilarse iba a cobrar una pensión que no llegaba al salario mínimo, habiendo cotizado toda su vida. Primero, al Montepío del Servicio Doméstico y luego al Régimen Especial de Seguridad Social de Empleados de Hogar; en total más de 35 años.

Se lo explicamos: ella había dejado el empleo dos años por cuidar a su madre, lo que le había producido un vacío de cotización que bajaba la base de su pensión. Esto no le hubiese sucedido jamás siendo ex parlamentaria, pero tampoco si se le hubieran aplicado las reglas de cálculo de la jubilación del Régimen General.- Pilar Gil. Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia. Bilbao.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de febrero de 2002