En los últimos años se había convertido en el punto de referencia de la compra-venta de objetos usados y de segunda mano en la provincia de Alicante. Sin embargo, las crecientes denuncias sobre la posibilidad de que las transacciones también incluyeran objetos robados, llevaron ayer a la Guardia Civil y la Policía Local a clausurar el mercadillo de Guardamar del Segura. Los agentes establecieron un dispositivo para evitar que se instalaran los puestos y, además, se incautaron de diversos objetos supuestamente robados.
La orden de cierre del popular rastrillo, ubicado en las inmediaciones de la N-332, partió del Ayuntamiento de Guardamar, por carecer de licencia municipal, informa Europa Press. La actividad del mercadillo, que inició su andadura hace diez años como rastrillo de antigüedades, se montaba al aire libre todos los domingos.
En los últimos años, a los venderos locales se sumaron otros puestos de ventas regentados por inmigrantes. Éstos últimos se habían convertido en los principales suministradores de productos de segunda mano, especialmente electrodomésticos, a los comerciantes argelinos que, a través del ferry de la línea Alicante-Orán semanalmente recalan en Alicante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de febrero de 2002