Ferenc Puskas (Budapest, Hungría, 1927) estaba en Madrid en 1956, junto a sus compañeros del Honved, cuando el Ejército soviético ocupó Hungría para sofocar el alzamiento popular. Ya no regresó a su país hasta 26 años más tarde. Su federación logró que la FIFA les sancionara por dos años, aunque luego les quitó seis meses. En ese periodo, con otros compañeros de aquella mítica selección que goleó a Inglaterra en Wembley y perdió inexplicablemente la final del Mundial de Suiza 54 ante Alemania, formaron una equipo de exhibición. Se ganaban la vida haciendo bolos.
Fichó por el Madrid en 1958. Tenía ya 31 años y 18 kilos de más. Marcó 321 goles con la camiseta blanca y ganó dos Copas de Europa. Una camiseta que defendió hasta su retirada, con 40 años, en 1967. Antes decidió hacerse español y llegó a jugar cuatro partidos con la selección nacional. Sin embargo, tras la caída del Muro, regresó a Hungría, donde reside.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de febrero de 2002