"Llegó Aznar, dio un bocinazo y se acabó el debate y el trabajo de varios años". El portavoz de CiU en el Congreso, Xavier Trias, acusó con esos términos la semana pasada al presidente del Gobierno por frenar en seco una discusión política y técnica entre todas las autonomías y el Ministerio de Administraciones Públicas, cada vez más favorable a aumentar el papel de las comunidades en el futuro de la Unión Europea.
El malestar de Trias ante la "involución autonómica" del Gobierno del PP se nutre de las cada vez más inflexibles posiciones políticas del presidente, José María Aznar, pero también de experiencias personales. Trias recordó que cuando era conseller de Presidencia de la Generalitat de Cataluña, en la anterior legislatura, tuvo ocasión de discutir sobre la posible participación de las autonomías en la UE dos ministros de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy y Ángel Acebes, y que de esas conversaciones surgieron buenas perspectivas.
Trias aclaró que en esas reuniones la mayoría de los consejeros autonómicos, incluso los del PP, mostraban interés por dotar de más peso a las comunidades en la formación y exposición de la voluntad del conjunto del Estado en los Consejos de Ministros de la UE. Así quedó escrito en acuerdos adoptados en las convocatorias celebradas en septiembre de 1999 y en una reunión del Comité de las Regiones de Europa, el pasado noviembre.
Responsables, incluso del PP, de varias comunidades autónomas que han participado activamente en esas reuniones lamentan ahora la capacidad de algunos dirigentes autonómicos de ese partido para retractarse no sólo de sus exposiciones favorables a encabezar la representación española ante la UE en situaciones singulares sino incluso para negar veracidad a los compromisos escritos y rubricados por todas las autonomías.
Estos dirigentes recuerdan los discursos que pronunciaron presidentes autonómicos del PP el 23 de noviembre de 2000 en Barcelona. Responsables del Ministerio de Administraciones Públicas reconocen en privado que llevaban trabajando hace tiempo sobre la forma de articular una nueva representación del Estado ante la UE, con mayor cooperación y voz de las autonomías.
El pasado 25 de octubre, en el pabellón de Cataluña de la antigua Exposición Universal de Sevilla, todas las comunidades autónomas llegaron al fin a una "posición común sobre el futuro de Europa" ante el proceso de ampliación de la UE que debía discutirse en la cumbre de Laeken (Bélgica) los días 14 y 15 de diciembre.
El documento pactado justifica el futuro "mayor protagonismo de las comunidades, con competencias legislativas". En esa posición común, las autonomías solicitaron incluso "el impulso del proceso que deberá concluir en una participación y representación de las comunidades autónomas en el sistema institucional de la Unión Europea".
Esa filosofía quedó sentenciada el 10 de diciembre en el Congreso, donde se debatió el programa del semestre de presidencia española de la UE. Aznar, que hace gala de la coherencia y cohesión interna del PP con respecto a otros partidos, rechazó cualquier participación autonómica en los Consejos de Ministros de la Unión Europea.
El presidente abortó especulaciones al respecto al limitar la mayor colaboración al ámbito previo de la formación de la voluntad nacional y dejó sentado que "el principio de representación exterior del Estado y el principio de representación en la Unión Europea corresponden al Gobierno de la nación". Y agregó: "El Gobierno es partidario de que eso siga así".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de febrero de 2002