Con muchos proyectos en su cabeza y una vitalidad fuera de toda duda, José Miguel Rincón (Santoña, 1928), catedrático de Informática Aplicada de la Universidad del País Vasco(UPV) es el ejemplo perfecto del valor y de la utilidad de la figura del profesor emérito, muy alejada de la imagen de una persona avejentada y pasiva.
Pregunta. ¿Para qué sirve un profesor emérito?
Respuesta. Aunque depende un poco de cada departamento, lo que en pocas palabras aporta un profesor emérito es conocimiento acumulado, es decir, experiencia.
P. ¿Emérito es igual a poco atareado?
R. En absoluto.Tengo bastantes cosas por hacer. A los tres años como emérito puedes pedir la prórroga por otros tres. Y lo voy a hacer. Pero para eso tienes que demostrar que has hecho cosas, y yo he hecho bastantes cosas.
P. ¿No acaba uno cansado de tanta universidad?
R. No. Si no acaba uno cansado del matrimonio... Hay cosas que el emérito se toma con más relajo. Por ejemplo, a mí me preocupa la marcha del departamento, pero no tanto como antes. Y esto te lo da la distancia de la edad, no tanto el ser emérito. Depende mucho de cómo se esté. Yo estoy muy a gusto, porque me gusta mucho la docencia y me gusta mucho la investigación.
P. ¿No le hace envejecer el ser emérito?
R. Al contrario, yo creo que rejuvenece. Primero porque tienes cosas que hacer y segundo, porque estás rodeado de gente joven y eso, pese a lo que algunos dicen, rejuvenece.
P. Si el rector es magnífico, el profesor emérito es...
R. Emérito, sin más. Además, no soy amigo de poner sobre las personas esa capa magnificante. Somos eméritos como los catedráticos son siempre catedráticos. Así, cuando uno se muera, puede poner en su tumba: 'Aquí yace un catedrático'. Eso no nos lo quita nadie.
P. El número de profesores eméritos es limitado ¿Cree que el número de eméritos debería ser mayor?
R. Que haya eméritos me parece bien, pero el problema de más o menos no se plantea en nuestra universidad, porque, aunque algún día dejará de serlo, es una universidad joven. En cualquier caso, un grupo de eméritos que representen a todas las especialidades es bueno, además es universal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de febrero de 2002