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Liga de Campeones | FÚTBOL

"El portero no tiembla, tiembla el delantero"

Parte de la suerte del Depor en esta Liga de Campeones se jugaba cuando Del Piero tomó el balón para tirar el penalti, con sólo 18 minutos de partido por delante. La estrella italiana empezó a tomar carrerilla y Molina balanceó su cuerpo amagando una estirada hacia la izquierda para engañar al lanzador. "Y de repente pensé: '¿qué coño estoy haciendo?, ¿ésto va a servir para algo?" , confesó luego el portero deportivista. Molina, entonces, se dejó guiar por la experiencia. Había visto que Del Piero lanzaba los penaltis hacia la derecha del portero y se tiró por allí, justo al lugar adecuado para detener el primer penalti al que se enfrentaba en esta temporada.

"¿No le tembló el pulso?", le preguntaron los periodistas a Molina concluido el choque. "No temblé nada", respondió, "en los penaltis, el que tiembla es el delantero, no el portero". El héroe del partido no quería serlo. Siempre comedido, el guardameta se afanó por restarse méritos. "Los penaltis los falla el que los tira, no los paras tú. El portero, como mucho, puede hacer algo para ayudar a que falle. Pero si va bien tirado, es casi imposible fallarlo". Molina ni siquiera quiso admitir que su actuación resultó decisiva para impedir la derrota del Deportivo: "Lo determinante es el equipo, yo sólo ayudo". Ante tanta modestia tuvieron que salir sus compañeros para reclamar el protagonismo de Molina. El más entusiasta fue Scaloni: "Toda España ha visto su calidad. No sé qué problemas tuvo en la selección, pero se merece otra oportunidad".

César, el autor del penalti, aseguró que no tuvo "más remedio que cometerlo". Pero lo cierto es que Delle Alpi volvió a ser un hito más en el imparable descenso al infierno del central asturiano, quien poco antes de derribar a Del Piero ya había consentido una maniobra de Trezeguet que acabó con un remate al poste del delantero francés. Hace dos años, cuando el Depor le fichó del Oviedo, César era uno de los más prometedores defensas españoles. Hasta Camacho le abrió las puertas de la selección. Sus primeras apariciones en A Coruña también resultaron esperanzadoras: defendía con contundencia y su envergadura y remate de cabeza proporcionaron al equipo más de un gol. Hasta que cayó lesionado de gravedad y ya nunca más volvió a levantar cabeza. Lento, pesado, incompetente en el manejo del balón ... Desde hace meses, César ha ido encadenando desastre tras desastre. Si todavía se mantiene en el equipo, es por la racha de lesiones en la defensa, que han dejado fuera de combate a Donato, Djorovic y Helder.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de febrero de 2002